La oficial Nicole Gabriela V., con tres años de servicio en la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, fue puesta a disponibilidad luego de la viralización de al menos cuatro videos en redes sociales.
Estos contenidos, en los que aparece vistiendo el uniforme oficial de la fuerza y compartiendo gestos y diálogos considerados “indecorosos”, están bajo investigación por parte del departamento de Asuntos Internos.
Las repercusiones por los videos, que superaron las 1000 visualizaciones entre los seguidores de la mujer, no se hicieron esperar: la joven fue apartada de sus funciones. Su TikTok es @itsnicolehot.
Según fuentes oficiales de la institución, en los registros aparece junto a otra mujer —que no pertenece a la fuerza— mientras juega al pool y utiliza el uniforme sin los distintivos de la fuerza, invitando a los espectadores “a comentar y realizar pedidos”, en una actitud que las autoridades calificaron de inapropiada.
En ese sentido, el comunicado subraya que “la conducta irregular e indecorosa de la oficial … afecta notablemente el prestigio de la institución” y va contra los principios establecidos en la ley que regula el sistema de seguridad pública.
El hecho ocurre mientras la agente estaba de licencia médica. Tras tomar conocimiento de los materiales, la jefatura de la fuerza decidió apartarla temporalmente de sus funciones, durante el tiempo que dure la investigación.
Se puntualiza que no es una sanción definitiva, pero sí un paso previo clave hacia la posible exoneración.
Este caso pone sobre la mesa la tensión entre el uso de redes sociales por personal de seguridad y el mantenimiento del estándar de conducta que se exige a quienes portan un uniforme oficial.
Para la institución, el uniforme simboliza autoridad, confianza y servicio público; su uso en un contexto personal o lúdico, con difusión pública, puede socavar esta legitimidad.