Si pensabas que las noticias de ovnis eran cosa del pasado, prepárate para esto: ayer, en un tranquilo campo privado de Campo Rossi, cerca de Puerto Tirol en el centro de la provincia de Chaco, un agricultor descubrió un cilindro metálico de fibra de carbono que parece sacado de una película de ciencia ficción.
Con 1,70 metros de largo por 1,20 de diámetro, este artefacto cuenta con un orificio de 40 centímetros, válvulas visibles y un número de serie grabado que grita «¡No soy de por aquí!».
El hallazgo desató un operativo especial de la Policía y Bomberos de Resistencia, que cercaron el predio y descartaron en primera instancia la presencia de explosivos o materiales combustibles; sin embargo, la Fuerza Aérea Argentina intervino de inmediato a través del Centro de Investigación Aeroespacial (CIAE) y advirtió que el objeto podría liberar polvo tóxico al tacto debido a la fibra de carbono y a restos de sustancias peligrosas como hidracina, utilizadas en los tanques de combustible de cohetes espaciales.
Los peritos que lo examinaron no tardaron en especular: su material poco común y diseño sugieren que podría ser basura espacial, posiblemente un fragmento de un cohete de SpaceX, como una estructura de propulsión o tanque de combustible.
Imagínate: un pedazo de la vanguardia aeroespacial cayendo del cielo y aterrizando en el corazón del Gran Chaco. Las autoridades argentinas ya están analizando el número de serie para confirmar su origen, mientras el sitio permanece bajo custodia policial para evitar curiosos.
En un toque extra de intriga, expertos como Sidney Chocron del Southwest Research Institute han recordado la creciente preocupación por los desechos orbitales y las tecnologías para detectarlos, aunque no se refirieron directamente a este hallazgo.
¿Un número de serie que podría ser de un cohete?
Próximos pasos: pruebas de laboratorio, análisis de materiales y consultas con agencias internacionales para desentrañar si este «visitante» es de una misión específica de Elon Musk o algo aún más misterioso.
Los peritos que lo observaron de cerca describieron un material que no se ve todos los días y lo atribuyen en principio a que sería basura espacial.
La superficie, fabricada en fibra de carbono, exhibe un número de serie grabado . Rasgos que, para los testigos, sugieren un origen fuera de lo común.
De acuerdo a la Sociedad de Astronomía del Caribe (SAC), podría ser una pieza de vehículo espacial, concretamente un COPV. Y señalaron que, de los lanzamientos más recientes, el principal candidato es un cohete chino lanzado el día anterior.
El análisis de la trayectoria parece confirmar las sospechas. El astrofísico y reputado rastreador de satélites Jonathan McDowell corroboró esta hipótesis, afirmando que el objeto es «probablemente» el tanque de la cuarta etapa de un cohete chino Jielong-3.
La empresa privada China Rocket había lanzado el miércoles la octava misión de su cohete Jielong-3. La misión Y8 despegó desde una plataforma marítima a las 07:56 UTC para poner en órbita 12 satélites de la constelación Geely Future Mobility, un servicio de posicionamiento y comunicaciones del gigante automotriz chino Geely.