El 22 de septiembre de 2025, Italia se paralizó por una huelga general convocada por la Unión de Sindicatos de Base (USB) en solidaridad con el pueblo palestino y en protesta contra la guerra en Gaza.
Miles de personas tomaron las calles en 81 ciudades, exigiendo el fin del conflicto, al que muchos manifestantes calificaron de «genocidio», y la interrupción de las relaciones del gobierno italiano con Israel.
La movilización, respaldada por estudiantes y docentes, tuvo un impacto significativo en puertos, transporte público y escuelas, con enfrentamientos notables entre manifestantes y policía en ciudades como Milán y Bolonia.
Los puertos de Génova, Trieste y otros fueron bloqueados para denunciar el envío de armas a Israel, mientras que en Roma, más de 30,000 personas se manifestaron.
La huelga también expresó apoyo a la Flotilla Global Sumud, una misión humanitaria que busca llevar ayuda a Gaza.
A pesar de las críticas del gobierno de Giorgia Meloni, que minimizó el impacto del paro, el movimiento reflejó un creciente descontento con las políticas internacionales y la complicidad en el conflicto.