‘SAW X’ es la película mejor calificada de la franquicia ‘SAW’ en Rotten Tomatoes

SAW X Totten Tomatoes

‘SAW X’ estrena en Rotten Tomatoes con 86%, es la película mejor calificada de la franquicia ‘SAW’. En IMDB, SAW X, debuta con 7.5.

La puntuación de Saw X Rotten Tomatoes debuta como la más alta de toda la franquicia de terror. Ambientada entre los eventos de Saw y Saw II, la décima entrega de la serie sigue a John Kramer que viaja a México para recibir un tratamiento experimental para su cáncer cerebral, solo para descubrir que toda la operación es una estafa. El elenco de Saw X presenta una vez más a Tobin Bell como John Kramer/Jigsaw junto a Shawnee Smith, Synnøve Macody Lund, Steven Brand, Michael Beach y Renata Vaca.

La puntuación de Saw X Rotten Tomatoes debuta como la más alta de toda la franquicia de terror
Saw X debuta como la más alta de la franquicia

Cómo se compara la puntuación de Saw X Rotten Tomatoes con entregas anteriores

El puntaje de Rotten Tomatoes de Saw X que debutó en un nivel alto de franquicia es un logro notable, aunque el listón no estaba muy alto en entregas anteriores. Debido a su percibida obsesión vacía por la tortura y la sangre, la franquicia Saw no ha sido recibida favorablemente por los críticos. Sorprendentemente, la franquicia no había logrado ni una sola calificación nueva en Rotten Tomatoes antes de Saw X. El Saw original, al que se le atribuye el inicio de la tortuosa tendencia en el cine de terror de mediados de la década de 2000, mantuvo la franquicia anterior en un nivel mediocre del 50 por ciento.

Al Saw original le siguió una serie de secuelas directas que tuvieron rendimientos decrecientes. La puntuación de Saw II en Rotten Tomatoes cayó al 37 por ciento, seguida de Saw III (30%), Saw IV (18%), Saw V (13%) y Saw VI (39%). Saw: The Final Chapter, que en realidad no fue el capítulo final, cayó a un mínimo de franquicia del 9 por ciento. Los intentos de revivir o escindir la franquicia con Jigsaw (32%) y Spiral (37%) no tuvieron éxito. Sin embargo, la puntuación de Saw X en Rotten Tomatoes parece sugerir que la franquicia ha encontrado una nueva vida.

La décima película lucha entre entregarse al sadismo y tratarse a uno mismo con solemnidad

“John” y “Kramer” son dos de las palabras más pronunciadas en Saw X, la película de la serie de tortura que marca el regreso del actor Tobin Bell como protagonista y antagonista. La idea de esta décima película, ambientada entre Saw 1 y 2, es que Kramer sea un caballero pacífico (en la medida de lo posible) que busca tratamiento para su cáncer y es estafado por médicos falsos, quienes luego sufrirán un castigo por engañar al famoso rompecabezas.

Que todos los personajes traten a John Kramer con reverencia sin saber que es Jigsaw, memorizando su nombre, llamándolo por su nombre y apellido, proporciona una medida involuntariamente divertida de lo que Saw X está delineando en términos de mitificación y estudio de personajes. Es como si de repente tuviera la talla de James Bond, el agente menos secreto de la historia, cuyo nombre todo el mundo conoce y repite.

Esta solemnidad suena obviamente fuera de lugar, pero en cualquier caso es sobre esta base que la película intenta sostenerse. El regreso de Tobin Bell llama la atención visualmente porque el actor, hoy de 81 años, muestra una tez más delicada, más acorde con la condición física de John Kramer en el universo de la serie. Verlo darle una gravedad renovada a los conocidos eslóganes del personaje revitaliza por unos momentos lo que Saw todavía puede ofrecer.

En general, sin embargo, si hay sed de autodestrucción e iconoclasia en la película, ésta termina diluida en la solemnidad y la melancolía típicas de las franquicias tardías. Es necesario continuar, al fin y al cabo, porque el juego no puede parar y aún queda trabajo por hacer. Tobin Bell es apenas un mes mayor que Harrison Ford, cuyo último Indiana Jones también está plagado de una melancolía y un sentimentalismo sobre el fin de cosas que tienen prohibido terminar. Cuando no está discutiendo las implicaciones morales de la tortura con Amanda (Shawnee Smith) (una disposición hacia la autorreflexión que desplaza en gran medida el placer de la sangre de la película), John Kramer pasa su tiempo siendo un anciano emocional.

Ver la película desde la perspectiva del sentimentalismo y la mitificación ayuda a darle más sustancia. En este sentido, John y Amanda intercambian todo el tiempo miradas cómplices, no como compañeros platónicos en una danza de la muerte, sino como los dos últimos empleados de una empresa que está cerrando, y cuya luz discuten, en silencio compartido. El hecho de que los escenarios más recurrentes en la franquicia sean naves industriales vacías viene señalando desde hace tiempo este presagio del destino fabril.

Lo único que puede quedar en pie en un escenario como este es el recuerdo de algo que el tiempo hace parecer más importante o impactante de lo que realmente fue, un recuerdo hecho para llenar un vacío en la existencia, y a esto se le suele llamar nostalgia.

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