Muere Virginia Giuffre, de 41 años, en Neergabby, Australia, donde residía desde hacía varios años, según comunicado reportado por la NBC.
«Con profundo pesar anunciamos que Virginia falleció anoche en su granja en Australia Occidental», dijo la familia. «Se suicidó, tras haber sido víctima de abuso sexual y tráfico sexual durante toda su vida», agregaron.
Una vida de resiliencia y valentía
Virginia Giuffre se convirtió en una figura emblemática al ser una de las primeras personas en alzar la voz contra Jeffrey Epstein, el infame financiero acusado de operar una red de tráfico sexual.
Giuffre, quien fue víctima de Epstein desde su adolescencia, no solo denunció al magnate, sino que también señaló a figuras de alto perfil, como el príncipe Andrés de Reino Unido, acusándolo de abuso sexual cuando ella tenía 17 años.
Estas acusaciones culminaron en un acuerdo extrajudicial multimillonario con el príncipe en 2022, un hito que reforzó la importancia de escuchar a las víctimas, sin importar el poder de los acusados.
A lo largo de su vida, Giuffre demostró una fortaleza extraordinaria. Fundó organizaciones para apoyar a sobrevivientes de abuso y abogó incansablemente por la justicia.
Como lo expresó su representante, Dini von Mueffling, en un comunicado: «Virginia fue una de las personas más extraordinarias que he tenido el honor de conocer.
Profundamente amorosa, sabia y divertida, fue un faro para otros sobrevivientes y víctimas». Su legado incluye no solo su valentía al enfrentar a poderosos, sino también su capacidad para inspirar a otros a romper el silencio.
Los últimos días de Giuffre
Antes de su fallecimiento, Giuffre enfrentó momentos difíciles. En marzo de 2025, estuvo involucrada en un accidente automovilístico en Neergabby, descrito por la policía como una «colisión menor» con un autobús escolar. Sin embargo, Giuffre compartió en redes sociales que el incidente la había dejado con lesiones graves, incluida una supuesta insuficiencia renal, afirmando que los médicos le habían dado solo «cuatro días de vida».
Aunque estas declaraciones fueron cuestionadas por las autoridades y el conductor del autobús, quienes minimizaron la gravedad del choque, reflejan el estado emocional y físico vulnerable en el que se encontraba.
Además, Giuffre enfrentaba problemas legales y personales. En febrero de 2025, fue acusada de violar una orden de restricción por violencia familiar en Australia, un caso que estaba programado para continuar en junio. También había hecho públicas acusaciones de abuso doméstico contra su esposo, Robert Giuffre, de quien se había separado recientemente tras 22 años de matrimonio.
En una publicación en Instagram del 22 de marzo, expresó un profundo dolor por estar alejada de sus hijos, escribiendo: «Mis hermosos bebés no tienen idea de cuánto los amo y están siendo envenenados con mentiras. Los extraño tanto».
Usuarios en X ponen en duda que la muerte de Virginia Giuffre haya sido por suicidio
El usuario de X, @Wilkinmeta publicó lo siguiente:
“NO SOY SUICIDA” Virginia Giuffre, la mujer que acusó a Jeffrey Epstein y al Príncipe Andrés, fue hallada MUERTA en aparente suicidio. La misma que fue atropellada por un bus. La misma que dejó todo grabado por si algo le pasaba.
Otro usuario, @ShadowofEzra, también hace referencia a una publicación, de Virginia Giuffre, en donde afirmó públicamente que que no tenía pensamientos suicidas y advirtió que, si algo le sucediera, la gente debería asegurarse de que los responsables rindieran cuentas. «Demasiada gente malvada quiere verme silenciada.»
Un llamado a la reflexión
La muerte de Virginia Giuffre no solo es una pérdida personal para su familia, amigos y seres queridos, sino también un recordatorio de las cicatrices profundas que el abuso y el trauma dejan en las víctimas.
Su historia pone de manifiesto la importancia de apoyar a los sobrevivientes, no solo en su búsqueda de justicia, sino también en su bienestar emocional y mental.
La presión de enfrentarse a figuras poderosas, el escrutinio público y los desafíos personales pueden ser abrumadores, y la tragedia de Giuffre subraya la necesidad de sistemas de apoyo más robustos.
Mientras el mundo llora su pérdida, es crucial honrar su memoria continuando su lucha. Esto significa abogar por políticas que protejan a las víctimas, garantizar que los perpetradores enfrenten consecuencias, y trabajar para desmantelar las estructuras que permiten el abuso.
Como Giuffre misma dijo en una declaración previa: «Espero que otras víctimas vean que es posible no vivir en silencio y miedo, sino reclamar sus vidas al hablar y exigir justicia».